Creo que la BELLEZA-VERDAD-BONDAD son capaces de transformar el Mundo, por eso es tan importante la misión educativa que se inspira y se nutre en el encuentro con Jesús y su Evangelio. Es la experiencia que viví en mi familia y en la Iglesia desde niña. Mi madre me enseñó a aprender, lo que me ha ayudado a adquirir habilidades y conocimientos en muchos campos: ciencias, arte, literatura, deporte… . Me ayudó a gestionar una dislexia a la que debo el desarrollo de la creatividad, de la fuerza de voluntad y la resiliencia.
Descubrí la educación cuando entré en la Asunción, Congregación que me fascinó por unir una fuerte vida de oración-liturgia con esta misión, vocación compartida con hermanas de comunidad y laicos a lo largo de tantos años. Creo que la Nueva Evangelización solo será posible desde la pastoral de la experiencia, que acompañe el desarrollo de la espiritualidad en cada miembro de la comunidad educativa por itinerarios que respeten su momento. Por ello he estudiado Teología Espiritual.
Esta es “la filosofía que me orienta y la pasión que me anima”.
